Como ya anuncié en mi anterior post hoy quería dedicarle un ratito a esto que nos viene ocurriendo y quizá ensombreciendo un poquito nuestra hermosa lactancia. Hace unos meses que apareció este término en nuestras vidas y desde ese momento nuestra lactancia ha ido evolucionando de forma diferente y nos está llevando por un camino que no es el que yo hubiera querido, y seguro que mi hija tampoco. Esta afección, por llamarla de alguna manera, nos está obligando a ir improvisando sobre la marcha y muchas veces hace que se produzcan situaciones que, desde luego no son nada agradables para mi pequeña ni, por supuesto para mi.
Ya comenté que estamos adaptándonos a una nueva casa, nueva ciudad, nuevas rutinas,... y estas nuevas situaciones han dado paso a mas nerviosismo, intranquilidad y en general mas estrés lo que ha hecho que se agraven las sensaciones de la agitación del amamantamiento, y ahora me explico; resulta que antes de mudarnos habíamos llegado a un punto en el que esta agitación solo aparecía en algunas ocasiones, que iban ligadas a los día premestruales, y también a las tomas nocturnas. En mi primer post a cerca de este tema comenté que parece ser que esto le ocurre a algunas mujeres y yo me di cuenta que yo era una de ellas. Digamos que descubrir esto hizo que pudiera controlar las situaciones en las que hacía acto de presencia la agitación. También me fui dando cuenta que era algo bastante psicológico, es decir, la agitación del amamantamiento, ya expliqué que era algo mas que un sentimiento de angustia, y de rechazo hacia la lactancia, que se producía en mamás que dan el pecho a niños de mas de 2 añitos, en algunas tomas, sobre todo las nocturnas. Este sentimiento es muy desesperante para la madre y desde luego para el niño amamantado, que no entiende porque su madre le rechaza, ya que por momentos ese sentimiento se agrava tanto que por fuerza tienes que apartar a tu pequeño de tu pecho, porque la succión llega a ser insoportable.
Nosotras ya llevamos unos cuantos meses sufriendo esto, desde el verano pasado aproximadamente, y después de este tiempo he podido llegar a algunas conclusiones que nos ha ayudado a seguir con nuestra lactancia. A saber:
No se deben usar biberones. Esto es uno de los primeros puntos que se aconseja a las mamás primerizas al comienzo de la lactancia materna, ya que si el bebé se acostumbra a las tetinas y a las grandes cantidades que se ingieren con ellos, terminan por rechazar el pecho; pues os aconsejo que tampoco los uséis con niños mayorcitos, si lo que queréis es tener una lactancia "prolongada" (que aunque no me gusta este termino, la llamaré así para diferenciarla de la lactancia hasta los 6 meses o el año). En nuestro caso por motivos de mi trabajo me tengo que ausentar días enteros de casa y a mi marido no le quedaba otra forma de darle leche a la peque. Al principio le daba la leche que yo me extraía previamente, y en el momento en que comenzamos a introducir leche de vaca, cuando ya tenía mas de 18 meses, las tomas empezaron a ser mayores, ya que yo no estaba y papá encontraba que el biberón era una forma de calmarla. Al final se ha ido acostumbrando al biberón, y muchas veces por la noche cuando yo tengo que apartarla de mi, debido a esos momentos de agitación del amamantamiento, ella me pide uno, y yo se lo traigo, lo que ha hecho que ahora mezcle las tomas de teta con las de biberón, con la consiguiente reducción de leche en mis pechos, que trae como consecuencia que en otras tomas ella se ponga nerviosa porque no saca la leche que ella quiere, y termine realizando una succión que es muy molesta para mi, desencadenando de nuevo la agitación. Esto solo ocurre por las noches. La primera vez que nos sucedió esto, y mi hija me pidió un biberón me resultó muy triste. No fue nada sencillo, antes de pedírmelo, lloró pidiéndome tetita, pero yo tenía miedo de ponérmela al pecho porque acababa de tener una crisis y pensé que antes de tener que rechazarla otra vez era preferible hacerle ese biberón que me pedía...
A veces la mente me juega malas pasadas. La agitación del amamantamiento es algo visceral, es difícil de explicar lo que se siente en esos momentos, es como si cuerpo, corazón, y cerebro no se pusieran de acuerdo y se pasa muy mal. En un primer momento, se siente angustia y como si faltara la respiración, según pasan los segundos notas un rechazo que sale de las entrañas, algo que no se puede controlar y te ves obligada a apartar a tu retoño de la teta... En el momento que deja de succionar se pasa instantáneamente y al momento te sientes la peor madre del mundo y quieres ponerla otra vez en tu pecho, porque ella se pone a llorar por sentirse rechazada... Me he dado cuenta que cuando mi hija me despierta por las noches y me ocurre esto es cuando mas cansada estoy, y cuando mas dormida está ella y succiona de forma extraña. Hay veces que si mi peque está muy dormida me la quito del pecho con suavidad y ella ni se entera, o al menos eso parece, y así evito que llore. También lo que hago es, si puedo, despejarme un poco, y acariciarla mientras la tengo cogidita en mi pecho, entonces me doy cuenta de lo mucho que me necesita todavía y así también se me pasa. Por eso pienso que a veces es algo psicológico que se puede controlar...
Si mi hija está demasiado agitada o nerviosa se agrava. Como decía arriba en estos días estamos mas intranquilos por lo de la mudanza, y estamos notando que las tomas a veces son algo caóticas, como además se despierta mas veces por la noche tengo mas ocasiones en las que aparece la agitación del amamantamiento, y en estos días intento tranquilizarme y tomarme las cosa con calma para que ella se vaya calmado y evitar que vaya a mas...
En fin, no sé hasta cuando se alargará nuestra lactancia, a veces he pensado que sería mejor pasar a un destete progresivo, pero luego pienso que quizá se esté produciendo solo. Cada vez son menos las tomas de teta, ahora solo me pide cuando está muy cansada, cuando se siente insegura, y para dormirse y despertarse... Seguiremos así hasta donde queramos las dos, porque mientras ella siga necesitando tomar pecho, yo quiero estar ahí para ofrecérselo, así lo siento y así quiero que siga siendo...
En fin, no sé hasta cuando se alargará nuestra lactancia, a veces he pensado que sería mejor pasar a un destete progresivo, pero luego pienso que quizá se esté produciendo solo. Cada vez son menos las tomas de teta, ahora solo me pide cuando está muy cansada, cuando se siente insegura, y para dormirse y despertarse... Seguiremos así hasta donde queramos las dos, porque mientras ella siga necesitando tomar pecho, yo quiero estar ahí para ofrecérselo, así lo siento y así quiero que siga siendo...
Hola Mónica, perdona que haya tardado en pasarme por aquí...
ResponderEliminarTal vez te lo he dicho ya en alguna otra ocasión, sinceramente creo que la agitación va ligada al destete, a un destete progresivo que viene marcado por el cuerpo de la madre, que siente que la lactancia debe ir terminando. Es muy duro admitirlo y experimentarlo, pero si lográis la manera de sobrellevarlo, el destete fluirá y al final será sencillo.
Mucho ánimo con la mudanza y con la agitación, un beso!
Muchas gracias por tus palabras, de verdad que aprecio mucho que vengas por aquí... en cuanto a la agitación, es probable que esté ligada al destete, pero me da tristeza que nos haya pasado tan pronto, mi hija solo tiene 30 meses y cuando noto "esas malas sensaciones" me siento fatal por no poder controlarlas, creo que trú dijiste en uno de tus post que esperabas que a tu peque no le quedara un mal recuerdo de la lactancia debido a la agitación, y yo también espero lo mismo.
EliminarBesos para ti también!
Mónica, entiendo perfectamente tu preocupación, que también fua la mía durante un tiempo. Sería tan injusto que les quedase un recuerdo amargo después de todo lo hermoso de la lactancia... Cuando nosotras empezamos con la agitación, mi hija tenía unos 34 meses, pasamos unos meses duros de verdad, pero superado ese bache y aunque la agitación no ha desparecido, hemos podido seguir, hasta bromeamos hoy en día con este tema! habla mucho con tu nena, ojalá lo podáis superar.
EliminarY de todas formas creo que lo quedará será lo bueno y no lo malo, la lactancia es hermosa!
Ánimo!
Nosotras empezamos con la agitación cuando mi hija tenía 20 meses o así, muy pronto, y habíamos conseguido llevarlo mas o menos bien hasta ahora que tiene 30, lo que pasa es que con esto del cambio de domicilio la cosa ha empeorado un poco, pero parece que poco a poco nos estamos adaptando y llevamos unos días bastante mejor, gracias por tus palabras de ánimo que las valoro mucho, espero que nos sigamos leyendo por aquí o por tu blog o por twitter, besos!!
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